jueves, 11 de junio de 2009

Crisis existencial IV

Dos... existe en el perfil de la noche una figura amorfa. Tres... formo parte de ella. Tomo parte de la efímera jugada del destino amargo. Cuatro... amanece. Cinco... Ruge un león que muere de hambre; un viento sin destino levanta la falda de una mujer, ella se exita de pensar que la he visto. Seis... doce guardias de mi extraño cuerpo golpean una pared. No hay punto uno. Ocho... vale por dos. Nueve... un insecto se posa en mi mano y bebe de mí. Diez... levanto la mirada, el alba me regala una vista de tortura. Miente quiero mis ojos.

Silencio. . .

Vivo en ti sin permiso alguno; prefiero las cálidas manos de un extraño. Eres un paraje de torturas. ¡No te importa! Tus labios están sobre un desconocido... callar, hablar... no hay nada extraño, estoy acosumbrado a la desdicha.