domingo, 21 de diciembre de 2008

Crepúsculo: un amor peligroso... y cursi

Contra mi voluntad y mi ética vampírica teminé de leer el Crepúsculo. No es malo, es más, puedo catalogarlo como "bueno", algo así como una calificación de 4/5. Es una historia melosa a más no poder, derrama miel. El libro es resumible en "lo vi, me vió... nos vimos", es terroríficamente un juego de miraditas adolescentes con un pseudo ambiente vampírico. El nuevo protagonista Edward Cullen parece más Zac Efron interpretando a Gasparín que Drácula. Sabía que ese estilo narrativo me era familiar y fue al final cuando vi la inevitable influencia de la maestra Anna Rice. El cuento, además de cursi es fresa, Mayer retrata a la clase media norteamericana no con elegancia, pero de manera decorosa y Bella parece salida de cuento de Disney. Pero aún así por alguna extraña razón me tuvo al borde de mi "asiento" y cuando menos me di cuenta ya estaba por terminarlo, algo muy inesperado. Me parece poco atrevida la novela, en momentos es monocromática (en tonos rosas, claro) pero le doy un punto a su favor por el ironismo, sarcasmo y la pizca de humor negro. Por otro lado la perspectiva femenina me confundió mucho, sólo sentimentalmente hablando y terminé por "comprender" o mejor dicho tolerar ese punto de vista. Otro detalle que he de mencionar es la mala traducción, y aunque no he leido la versión en idioma original puedo asegurar que fue una traducción hecha "al vapor". Es muy light por lo que la recomiendo a los lectores-no-habituales. Aún así estaba riendo cada cinco minutos, lo romántico sí era romántico y de ahora en adelante un amor como ese será uno de mis máximos en la vida. Los personajes que más me encataron resultaron ser los miembros de la familia vampiro. Los vampiros ya podrán ver el sol, podrán comer pizza, ver cruces, conducir a 200 km/h, incluso pueden ser estrellas de rock, pero lo único que sí heredaron de Drácula es nunca perder el estilo.

No hay comentarios: